Síndrome Post-Vacacional

Saludos a los vecinos del Cerro del Águila y en particular a los asiduos lectores de “A vista de Águila”, esperando que hayan pasado unas estupendas vacaciones. Tras un periodo de disfrute, desconexión y relax de nuestras obligaciones y rutinas habituales, se acerca el momento de reincorporarnos a nuestros trabajos. En estos días previos y las primeras semanas tras comenzar la actividad laboral pueden aparecer ciertos síntomas físicos como cuadros de ansiedad y estrés acompañados de preocupación y malestar que nos podrían indicar que estamos ante lo que se ha dado en llamar “síndrome postvacacional”.

Hay tres cuestiones que se repiten cíclicamente y nos torpedean cada verano en los telediarios: La primera es la ola de calor subsahariana que barre España de norte a sur (bebe agua aunque no tengas sed, no salgas de casa en hora punta, etc…). La segunda, más preocupante y que no hay que tomarse a broma, es los incendios forestales. Y por fin, al terminar el verano, viene la tercera: El Síndrome Post-vacacional.

Podríamos decir que el síndrome post-vacacional está caracterizado por un cuadro de ansiedad y tristeza a la hora de reincorporarnos al trabajo después de haber disfrutado de un periodo vacacional. Esta ansiedad y tristeza dependen de nuestro nivel de satisfacción laboral, de los pensamientos negativos e irracionales que podemos tener respecto a cómo debería ser nuestra vida, y de los factores externos que nos pueden producir estrés tales como atascos, nuestro uso del medio de transporte, las condiciones de nuestro trabajo, un horario laboral inadecuado y la baja remuneración.

El síndrome post-vacacional no es una enfermedad propiamente dicha, ni se presenta en todas las personas; se calcula que viene afectando aproximadamente a un 40% de los trabajadores españoles a lo largo de su vida. La edad en que más casos se presenta es la comprendida entre los 45 y 55 años. Los síntomas son: ansiedad, irritabilidad, insomnio, falta de concentración, cansancio, apatía.

El mejor tratamiento para el síndrome post-vacacional es la prevención, para ello podrías seguir algunas sencillas pautas antes de concluir las vacaciones:

  • Recupera pequeñas rutinas.- Un primer paso es restablecer unos días antes de concluir las vacaciones algunos hábitos que habíamos alterado como los horarios de comidas y de sueño.
  • Regresa con algo de antelación.- No vuelvas justo el día antes de incorporarte al trabajo y a última hora, esto sólo hará aumentar tu ansiedad y no tendrás tiempo de aclimatarte adecuadamente.

 Ya de vuelta a casa y a la actividad habitual, también existen algunas pautas para facilitar la vuelta al trabajo:

  • Restablece las rutinas anteriores.- Esto sería la consolidación de una pauta previa al fin de las vacaciones. Desde la psicología cognitivo-conductual se defiende que las rutinas y los horarios son beneficiosos para nuestra estabilidad emocional ya que nos proporcionan capacidad de control sobre nuestra vida.
  • Acepta tus emociones.- Todos sentimos emociones positivas y negativas y, en esta situación, las negativas son habituales para todos. Todos sentimos emociones negativas respecto a los atascos, los jefes, las reuniones y los clientes, y después de haberlos olvidado durante nuestras vacaciones es normal que estas emociones vuelvan.
  • Modifica tu manera de pensar: Pensar en positivo.- Nuestra felicidad depende no tanto de factores objetivos (ganar dinero a cambio de hacer lo que nos gusta, tener un buen sueldo o trabajar cerca de casa), sino de la manera subjetiva de ver nuestra vida. Es importante encontrar el lado positivo de nuestra situación y no comparar nuestra vida con la de los demás, sobre todo cuando quedamos en desventaja. El trabajo se ha convertido en un bien preciado, sería más saludable alegrarnos de volver al trabajo que tenemos porque gracias a él mantenemos nuestro nivel de vida y hemos podido disfrutar de las vacaciones concluidas. Si me quejo por volver al trabajo, ¿en qué situación me encontraría si me quedo sin él?

Afronta tus problemas y temas pendientes.- Las vacaciones nos ayudan a desconectar y eso es positivo, pero no van a solucionar lo que antes de irnos estaba dándonos problemas, por lo que tenemos que afrontarlo nosotros mismos y a poder ser lo antes posible para que no acabe aumentando.

Retoma el deporte lo antes posible.- Todos conocemos los innumerables beneficios del deporte para nuestra salud. La generación de endorfinas también nos ayudará a aclimatarnos a nuestro regreso de las vacaciones.

Diseña planes divertidos.- Has vuelto al trabajo pero todavía es verano, todavía hace buen tiempo y todavía puedes escaparte a la playa el próximo fin de semana u organizar cualquier otra actividad lúdica que te proporcione algún día más de descanso y/o diversión.

El síndrome post-vacacional suele remitir a la segunda semana de la incorporación al trabajo. Si se prolonga en el tiempo es necesario consultar a un especialista para evaluar de qué se trata ya que podríamos encontrarnos ante otro cuadro que necesitase una intervención adecuada.