Depresión navideña.

El fenómeno Grinch o depresión navideña, no es un invento de nuestros tiempos y es más común de lo que creemos.

La Navidad es una época del año en la que se experimenta más la depresión. Para algunas personas es una fecha muy señalada y deseada, ya que pasan estos días con la familia, ven a seres queridos que no suelen ver a dario, se reúnen con amigos, etc. Pero, a la vez para otras personas son unas fechas muy difíciles, hay personas que pasan la Navidad lejos de su hogar, de su familia, y otras que echan en falta a seres queridos que ya no están presentes. Además, la crisis, el paro y los problemas económicos también resultan un problema para muchas personas.

En otros casos, la depresión puede estar causada por malas experiencias durante las fiestas en años anteriores, que traen recuerdos negativos, o por el sentimiento de soledad y añoranza.

Hay personas que por diferentes motivos no pueden vivir las navidades rodeados de familia o amigos y, en consecuencia, sufren depresión.

El estrés navideño en los últimos años tiende a ser también bastante común. Las prisas por encontrar todos los regalos o incluso dejar todos los preparativos para el último momento pueden causar tensión y ansiedad fácilmente evitables.

¿Cuáles son los síntomas?

  • Nostalgia.
  • Amargura.
  • Aislamiento.
  • Pensamientos negativos.
  • Tristeza.

¿Cómo podemos evitarlo?

  • No pensar que todo el mundo es feliz y no tiene problemas, todos tenemos problemas, inquietudes, y algo que nos hace estar tristes. Pero hay personas que saben anteponer la felicidad a los malos sentimientos.
  • Estar en compañía en estas fechas es algo primordial, aunque estemos lejos de la familia, tenemos que intentar rodearnos de personas positivas, que nos hagan sentir bien.
  • Cambiar las espectativas, no esperes estas fechas para ser feliz, simplemente tómatelas como unas fiestas más.
  • Da afecto, aprovecha que se reúne la familia y amigos para expresar tus sentimientos.
  • No te estreses y disfruta del momento.
  • No pienses en años anteriores, pues cada año es diferente, y si no lo es, cambia la rutina.
  • Cambia de aires, si te lo puedes permitir ¿por qué no irte unos días de vacaciones o al menos pasar un día fuera de casa?

La naturaleza de estas fiestas es unir a la familia y un momento para reflexionar sobre los logros y fracasos del año, tanto en el ámbito profesional como personal. Éste puede ser un buen periodo para sanar las relaciones y transformar la Navidad en un verdadero motivo de celebración.