Dejar atrás el pasado.

Todos tenemos un pasado que nos condiciona, que por más que queramos no podemos olvidarlo. Algunas personas aprenden de los errores cometidos, para no volverlos a cometer, otros, viven anclados emocionalmente a ellos, pues su recuerdo sólo hace que les resulte difícil vivir en el presente.

Estas emociones tóxicas nos limitan a seguir creciendo y ponen una barrera a nuevas experiencias.

Es la mente subconsciente la que trata de aferrarnos al pasado, nos arrastra a que recordemos una y otra vez ciertas situaciones. Pero nuestra parte racional debe ganarle la batalla al subconsciente, y sabremos que lo que pasó en nuestro pasado, no tiene nada que ver con el futuro. Debemos aceptar que ya nada volverá a ser como antes, y soltar la cuerda que nos une a esos momentos, esos actos, esas decisiones que tomamos, que no nos dejan avanzar. Llegará un punto en el que tendremos que dejar ir el ayer o este nos condicionará siempre, para ello, debemos tener la mente bien abierta y aceptar el pasado como una parte más de nuestra vida. Esto, podemos conseguirlo trabajando constantemente, todos los días, intentando moldear nuestra mente, con estos pasos:

  1. Aceptar los desafíos del pasado, dejando de fingir que no afectan. Cuando suceda algo que nos recuerde al pasado, aceptaremos con calma qué sentimos acerca de eso.
  2. Comprender que el pasado no se puede cambiar, ni modificar, lo que pasó, pasó, y siempre será así, que lo único posible es aprender de ello, tomando nota de lo que no debemos hacer para que no pase más.
  3. No dar tantas vueltas a lo mismo: seguramente, si nos paramos a pensar en cuanto tiempo dedicamos a pensar en los problemas, nos daremos cuenta de que es demasiado tiempo, probablemente suframos más en la imaginación que en la realidad.
  4. Perdonarnos a nosotros mismos: comprender que las cosas que hicimos mal ya no pueden cambiar es un paso importante, no debemos castigarnos, y culparnos de haber hecho lo que hicimos, si no que tenemos que pensar por qué lo hicimos, qué fue lo que nos llevo a hacerlo. De las experiencias pasadas se aprende.
  5. Tener objetivos y metas en la vida, así pondremos más ilusión al futuro y apartaremos a un lado el pasado. Siempre hay motivos por los que vale la pena seguir.
  6. Estar rodeados de personas que nos apoyen y nos hagan sentir bien, personas que podamos confiar en ellas para contar nuestros miedos, inquietudes… Pues el apoyo de los que nos rodean, a veces, es la mejor solución.

“Si lloras porque se fue el sol, las lágrimas te impedirán ver las estrellas.”

Deja el pasado atrás, se fue y no volverá. Permítete disfrutar del presente, y crear un futuro.