Aprender a quererte a ti mism@

Un ingrediente fundamental para poder amar a otra persona es amarnos a nosotros mismos. Nadie puede dar lo que no tiene; así que, si no sentimos amor por nosotros, no podemos amar a los demás.

  • El autoconcepto es lo que percibimos de nosotros mismos.
  • La autoestima constituye el quererse a sí mismo con cualidades y defectos.
  • El autoelogio y la auto recompensa consisten en apreciar lo que hacemos alabándonos moderadamente y sin desmejorar ningunos de nuestros actos.

Es un hecho muy importante, pero nuestra cultura no acepta el quererse demasiado. Nuestra civilización inculca principios como el respeto al ser humano, el sacrificio, la expresión del amor, el buen trato, la comunicación, etc., pero estos principios están dirigidos al cuidado de otros. Si una persona expresa amor para con los demás es calificada como una excelente persona; si las personas se auto elogian producen rechazo y fastidio, el hecho es que la sociedad nunca reconoce lo propio sino lo de los demás; aprendiendo más hacia la base de la evaluación ajena que hacia la autoevaluación.

Desde pequeños se nos enseña el autocuidado como cepillarnos los dientes, bañarnos, comer, pero no se nos enseña a querernos, a gustarnos, a contemplarnos ni confiar en nosotros mismos. La imagen que tenemos de nosotros no tiene que ver con herencia, nosotros mismos la formamos. Un aspecto interesante para señalar es que las personas con problemas son demasiado duras con la autocrítica y blandas cuando critican a otra gente. En cambio los sujetos que muestran una buena autoestima, se protegen siendo más suaves a la ahora de autoevaluarse. Un acto de suficiencia en beneficio propio.

– Amarnos es conocernos. No se puede amar lo que se desconoce. Poner conciencia en ese olvido que hemos hecho de nosotros es rescatarnos para la vida.

Cuando aprendemos a querernos, buscamos nuestro bienestar y somos capaces de proporcionar bienestar a otras personas. Desde aquí, elegimos para relacionarnos personas que también se aman y establecemos relaciones saludables que nos permiten ser quiénes somos y crecer y madurar de acuerdo con nuestro propio proceso, caminando a nuestro propio ritmo.

– Quererse a uno mismo está muy ligado a saber darse la oportunidad de sacar la mejor versión de cada uno, descubriendo el potencial que tenemos a todos los niveles: afectivo, romántico, espiritual… Quererse a uno mismo también significa ser honestos con nosotros mismos y con los demás, y comprometernos con la vida y el bienestar propio y ajeno. Además, quererse a uno mismo también implica estar atento a nuestras necesidades vitales y aceptarnos, respetarnos y amarnos por ser quienes somos.

– Quererse a uno mismo también pasa por dejar de exigirnos más de lo que realmente somos. Aspirar a mejorar en la vida y como personas es un proyecto noble, pero no debe llevarnos a la ansiedad y a infravalorar cómo somos actualmente. Debemos aprender a romper con las falsas creencias que condicionan nuestro presente y nuestro futuro, además de perdernos cosas valiosas de nuestra vida actual y de nuestra personalidad.

Amarnos es atrevernos a ser quienes somos despojándonos de las máscaras que nos hemos colocado para agradar a los demás y conseguir su amor. Amarnos es aceptarnos con lo que nos gusta más, con lo que nos gusta menos, con todas nuestras capacidades y también con todas nuestras limitaciones.

Amarnos es hacernos responsables de nuestra vida sin echar balones fuera. Amarnos a nosotros mismos implica necesariamente hacernos responsables de nuestras acciones, sin victimismos ni lamentos.

Amarnos es vivir presentes y conscientes de nosotros mismos. Quejarse menos y disfrutar más. Vivimos en un medio ambiente repleto de incertidumbre y de dificultades, pero que ha dispuesto una serie de factores que nos ayudan a progresar y a sentirnos mejor con nosotros mismos y con el entorno. ¿Tiene algún sentido pasar el día quejándonos?

– Quererse a uno mismo es arriesgarse a vivir experiencias únicas y desprendernos de nuestros miedos y ataduras. ¿Sabes cuántas personas tienen una vida gris por el simple hecho de no tomar las riendas de su vida? Ver pasar los días sin salir de la rutina es una de las maneras de tener una autoestima nefasta. Hay que aprender a arriesgar, sea en el plano sentimental, laboral, o en cualquier otro. Arriesgar implica liberarse de muchos temores que acarreamos. Este punto es imprescindible para que nuestra fuerza interior despierte de una vez por todas.

– Quererse a uno mismo es actuar bajo una filosofía de vida hedonista. Hedonismo significa satisfacción, bienestar, gozo, placer, etc. Es imposible aprender a quererte a ti mismo si no aceptas vivir intensamente buscando el máximo placer y satisfacción en ello. Para ello tenemos que utilizar auto elogios, que es la manera de hablarte positivamente, de contemplarte y reconocer tus acciones adecuadas, haciendo uso de auto recompensas o proceso por el cual nos administramos estímulos positivos.

Olvídate de lo que crees que debes ser y solo sé tú mismo, arriésgate a sentir lo que sientes, acepta y agradece tu vida. Limpia tus ojos de ayer, estrena una mirada nueva cada día y deja que resuene en tu interior con toda su fuerza.