Lo que debemos saber sobre el trastorno bipolar.

¿Qué es el trastorno bipolar?

El trastorno bipolar, también conocido como la depresión maníaca, es una enfermedad mental que incluye episodios serios de la manía y la depresión. La enfermedad causa cambios drásticos de altos y bajas de temperamento, de sentirse extremadamente deprimido y sin esperanza, con períodos de temperamento normal entre los cambios.

Cualquier persona puede desarrollar el trastorno bipolar. A menudo comienza en las últimas etapas de la adolescencia o al principio de la adultez. Pero también niños y adultos pueden sufrir del trastorno bipolar. Generalmente la enfermedad dura toda la vida.

¿Cuáles son las causas?

Varios factores pueden contribuir al trastorno bipolar, entre ellos:

  1. Los genes, porque la enfermedad es hereditaria.
  2. La anormalidad en la estructura y función del cerebro
  3. Ritmo estacional: recaídas depresivas en primavera/otoño y recaídas maníacas en verano, lo que puede relacionarse con el clima y las horas de luz solar.
  4. Alteraciones bioquímicas en los neurotransmisores cerebrales.
  5. Acontecimientos vitales estresantes: suelen ser acontecimientos negativos, como la pérdida de una relación afectiva importante (muerte, divorcio, separación…) o el cambio de situación vital (despido laboral, jubilación, cambio de lugar de residencia…).

¿Cuáles son los síntomas?

La fase maníaca puede durar de días a meses. Puede incluir los siguientes síntomas:

  • Fácil distracción.
  • Involucramiento excesivo en las actividades.
  • Poca necesidad de sueño.
  • Deficiente capacidad de discernimiento.
  • Control deficiente del temperamento.
  • Comportamientos imprudentes y falta de autocontrol, como beber, consumir drogas y hacer gastos exagerados.
  • Estado de ánimo muy irritado, pensamientos apresurados, hablar mucho y tener creencias falsas acerca de sí mismo o de sus habilidades.

El episodio depresivo puede incluir estos síntomas:

  • Tristeza o estado de ánimo bajo diariamente.
  • Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones.
  • Problemas en la alimentación como inapetencia y pérdida de peso o consumo exagerado de alimentos y aumento de peso.
  • Fatiga o desgano.
  • Sentimientos de minusvalía, desesperanza o culpa.
  • Pérdida de placer en actividades que alguna vez disfrutaba.
  • Pérdida de la autoestima.
  • Pensamientos de muerte o suicidio.
  • Dificultad para conciliar el sueño o dormir demasiado.
  • Alejarse de los amigos o las actividades que alguna vez disfrutaba.

¿Cuáles son los posibles tratamientos?

  • Estabilizantes del estado de ánimo.
  • Anticonvulsivantes.
  • Antipsicóticos.
  • Antidepresivos.

Pero lo más importante, es no olvidar nunca que una persona que padece esta enfermedad necesita apoyo y cariño de las personas que le rodean.